Los padres están enfermos de recelo, Occidente. Occidente: necesitas una cura que yo no tengo ni tiempo ni ganas de buscarte. No sé para qué me pides consejo, Occidente. Yo no puedo serlo todo, Occidente: no soy más que un niño con problemas de dicción que se inventa la mitad de lo que dice y la mitad de lo que sabe y lo suma.
Rubén Martín Giraldez. La infancia es Cronenberg.
Presencia Humana magazine Nº1